Historia del Charles

La historia del Club Deportivo Laredo, conocido popularmente como «Charles», es una crónica de pasión, esfuerzo y resiliencia que se remonta a los albores del siglo XX, cuando el fútbol comenzaba a dar sus primeros pasos en la villa marinera de Laredo. Este pequeño municipio costero de Cantabria, conocido por sus bellas playas y tradición pesquera, vivió la llegada del «foot-ball» de la mano de los veraneantes que, a principios del siglo pasado, se acercaban a disfrutar de sus costas. Fueron esos visitantes los que primero patearon un balón en las húmedas arenas de Laredo, despertando la curiosidad y el entusiasmo de la juventud local, que no tardó en sumarse a este nuevo y emocionante juego.

El primer registro histórico que se tiene en prensa sobre un partido de fútbol en Laredo data de 1911, año en el que se menciona un encuentro entre una selección de jugadores de Laredo y otra de Santoña, jugado junto a la ermita de Laredo. Estos primeros partidos no eran más que un alocado correr tras el balón, pero fueron el germen de una pasión que rápidamente caló en el corazón de los habitantes de la villa.

Las primeras patadas al balón no eran más que encuentros informales entre veraneantes y laredanos, en un ambiente de diversión y descubrimiento. Pero poco a poco, el fútbol comenzó a calar en el corazón de los habitantes de Laredo, y lo que inicialmente era un simple entretenimiento veraniego se convirtió en una pasión compartida que unía a toda la comunidad. La historia del «Charles» no es solo la historia de un club de fútbol; es la historia de un pueblo que encontró en este deporte una manera de expresar su identidad, de reunirse, de soñar y de superar las dificultades.

Desde aquellos primeros días en los que un grupo de jóvenes entusiastas decidieron organizarse y formar un equipo, hasta los momentos de gloria y de dificultades que marcaron su camino, el Club Deportivo Laredo ha sido un símbolo de la capacidad de resistencia y de la voluntad de superación de la villa pejina. Los colores del «Charles», el rojo y el blanco, representan no solo al equipo, sino también la energía, la pasión y el carácter de una afición fiel que siempre ha estado al lado de su club, en los buenos y en los malos momentos.

La historia del Club Deportivo Laredo es un viaje lleno de altibajos, de ascensos y descensos, de triunfos y de retos superados. Es una historia de generaciones de jugadores, directivos y aficionados que han entregado su tiempo, su esfuerzo y su amor al club. Es, en definitiva, una historia que sigue escribiéndose, con cada partido, cada gol, cada aplauso y cada grito de «¡Aúpa Charles!» que resuena en el Estadio San Lorenzo, el hogar del club y el escenario de tantas tardes inolvidables.

Los primeros pasos: Olimpia Sport Club, el origen del fútbol laredano (1918-1927)

La plantilla del Club Deportivo Laredo en 1929
La plantilla del Club Deportivo Laredo en 1929

En 1918, un grupo de jóvenes entusiastas liderados por Jesús Urrutia decidió fundar el Olimpia Sport Club, el primer equipo de fútbol oficial de Laredo. Fue un momento especial, un punto de inflexión para el deporte en la villa marinera. Aquellos primeros jugadores vestían camiseta verde y jugaban en el primitivo campo de San Lorenzo, inaugurado en 1923, un lugar que pronto se convertiría en el centro de la vida deportiva del pueblo.

El Olimpia Sport comenzó a competir en la Serie B de la Federación Cántabra en 1924, con la ilusión y el empuje de un grupo que soñaba con representar a Laredo en competiciones regionales. Sin embargo, la realidad fue dura; tras tres temporadas llenas de dificultades, malos resultados y problemas económicos, el club se disolvió a principios de 1927. Aunque siguió jugando algunos amistosos tras su desaparición oficial, el Olimpia Sport dejó un vacío que pronto sería llenado por el entusiasmo de nuevos jóvenes.

El nacimiento del Charlestón: Juventud y alegría en Laredo (1927-1931)

Alineación del Deportivo Laredo en 1932

La desaparición del Olimpia Sport no significó el fin del fútbol en Laredo. La pasión seguía viva, y un grupo de jóvenes laredanos, algunos de ellos antiguos jugadores del Olimpia, se negó a abandonar el sueño. Así, en mayo de 1927, decidieron fundar un nuevo club con el único propósito de divertirse y mantener viva la llama del fútbol. Así nació la Sociedad Deportiva Charlestón Foot-ball Club, un equipo que tomaba su nombre del famoso baile de la época, el charlestón, símbolo de alegría, juventud y despreocupación. Era una clara declaración de intenciones: el fútbol en Laredo estaba para disfrutarse y para unir a la comunidad.

El Charlestón vestía camiseta roja y pantalón blanco, colores vibrantes que representaban la energía de aquellos años. El equipo logró generar un gran apoyo en la comunidad, lo que llevó incluso a la construcción de un nuevo campo en el barrio de San Lorenzo. Los partidos del Charlestón no solo eran eventos deportivos, sino auténticas celebraciones donde los vecinos se reunían para animar a su equipo y disfrutar del ambiente. En aquellos años, el equipo fue conocido cariñosamente como el «Charles», un nombre que se mantuvo gracias al afecto de los jugadores y aficionados.

Durante este periodo, también surgió el Chut Raso en julio de 1929, un equipo que inicialmente funcionó como una especie de filial del Charlestón, formado por jóvenes de la localidad. En diciembre de ese mismo año, el Chut Raso se renombró como Deportivo Laredo F.C., buscando tener una identidad propia en el panorama futbolístico local.

Sociedad Deportiva Laredo: La consolidación del «Charles» (1931-1941)

En octubre de 1931, la necesidad de unificar esfuerzos para competir a nivel regional llevó a la fusión del Charlestón con el Deportivo Laredo F.C., dando lugar a la Sociedad Deportiva Laredo F.C. Con el fin de inscribirse en la Serie C de la Federación Cántabra para la temporada 1931/32, ambos equipos unieron sus fuerzas bajo un nuevo nombre, aunque los jugadores y los aficionados prefirieron seguir llamándolo cariñosamente «Charlestón» o «Charles».

Este nuevo equipo encarnaba la ilusión de un pueblo que quería competir y destacarse en el ámbito regional. El «Charles» debutó en la Serie C de la Federación Cántabra en la temporada 1931/32, y lo hizo de una manera impresionante, logrando el campeonato. Sin embargo, debido a la falta de un campo adecuado, el ascenso no fue posible. La frustración de aquel momento no apagó la pasión, y al año siguiente el equipo volvió a coronarse campeón, esta vez logrando el ansiado ascenso a la Serie B.

A lo largo de los años 30, el «Charles» se fue consolidando como un equipo sólido, reflejo del esfuerzo de jugadores, directivos y una afición incondicional. La temporada 1934/35 fue especialmente importante, ya que el club logró alcanzar la Primera Categoría regional. Sin embargo, la historia del fútbol en Laredo, como la de tantas otras cosas, se vio interrumpida en 1936 con el estallido de la Guerra Civil, que puso en pausa la actividad futbolística durante varios años. Tras la guerra, en 1941, debido a la ley que prohibía el uso de extranjerismos en los nombres de los clubes, el equipo adoptó oficialmente el nombre de Club Deportivo Laredo, nombre que ha mantenido hasta nuestros días, simbolizando la continuidad de una pasión que nunca se extinguió.

La posguerra y la consolidación regional: Superando adversidades (1941-1960)

La década de los 40 trajo consigo la dura tarea de reconstruir no solo un equipo, sino también un pueblo y una nación tras los estragos de la Guerra Civil. En estos años, el Club Deportivo Laredo fue más que un equipo de fútbol; fue un símbolo de la resiliencia y la unidad del pueblo de Laredo. Los primeros años de la posguerra fueron extremadamente complicados: había escasez de recursos, hambre, y pocas oportunidades para desarrollar actividades deportivas. A pesar de estas dificultades, el «Charles» se mantuvo en pie, gracias al esfuerzo colectivo de jugadores, directivos y aficionados.

A lo largo de los años 50, el club se consolidó como uno de los equipos más destacados de la región. En 1954, el C.D. Laredo logró el ascenso a Tercera División, un logro que marcó el inicio de una etapa de reconocimiento en el fútbol cántabro. Aquellos años fueron de crecimiento y de muchas tardes inolvidables en el campo de San Lorenzo, con un equipo que luchaba cada partido con el orgullo de representar a Laredo. Los colores rojo y blanco empezaban a ser sinónimo de fútbol en la región, y la afición, siempre fiel, acompañaba al equipo en cada paso de su camino.

Crecimiento y primeros éxitos en Tercera División: La fuerza del «Charles» (1960-1980)

Las décadas de los 60 y 70 fueron una etapa de crecimiento y consolidación para el Club Deportivo Laredo. Durante estos años, el equipo se mantuvo compitiendo en la Tercera División, luchando con determinación por ascender a categorías superiores. La historia del «Charles» en estos años está llena de grandes momentos, con jugadores que se convirtieron en referentes locales y tardes de fútbol en las que el Estadio San Lorenzo vibraba con cada gol y cada victoria.

En 1967, el club sufrió un golpe al descender temporalmente a Primera Regional. Sin embargo, la respuesta fue inmediata: el equipo volvió a Tercera División poco después, demostrando la resiliencia y el carácter luchador que siempre han definido al «Charles». Fueron años de entrega y sacrificio, donde cada victoria sabía a gloria y cada derrota solo servía para fortalecer el compromiso con el equipo. La afición del «Charles» se mantuvo siempre fiel, llenando el estadio y apoyando al equipo en cada jornada, orgullosa de los colores rojo y blanco.

Ascenso a Segunda División B y las fluctuaciones del éxito (1980-2000)

La década de los 80 trajo consigo uno de los momentos más memorables en la historia del Club Deportivo Laredo: el ascenso a Segunda División B en 1987. Fue un logro que llenó de orgullo a toda la villa de Laredo. Aquella temporada fue un reflejo del esfuerzo colectivo de jugadores, cuerpo técnico, directivos y una afición incansable que nunca dejó de soñar. Aunque la estancia en Segunda B solo duró una temporada, el regreso en 1988, tras ganar el campeonato de Tercera División, fue otro hito importante en la historia del club, y una muestra más de su capacidad para sobreponerse a las adversidades.

Durante los años 90, el «Charles» se mantuvo compitiendo en Tercera División, alcanzando en varias ocasiones la promoción de ascenso. Estos fueron años de ilusión y también de desafíos. La lucha por regresar a Segunda B se convirtió en una meta constante, y aunque no siempre se logró, el espíritu competitivo del equipo y el apoyo incondicional de la afición fueron una constante. La afición del «Charles» nunca dejó de llenar el Estadio San Lorenzo, haciendo del campo un verdadero fortín donde el equipo se sentía respaldado en cada encuentro.

La era moderna: Promociones, ascensos y la lucha por volver a lo más alto (2000-2020)

Con la entrada del nuevo milenio, el Club Deportivo Laredo se mantuvo como un equipo competitivo en Tercera División, siempre con el objetivo de alcanzar la Segunda División B. La década de 2000 trajo consigo nuevos retos, pero también nuevas oportunidades para el «Charles». En la temporada 2014-15 y nuevamente en 2015-16, el club logró proclamarse campeón de la Tercera División, demostrando que el sueño de ascender seguía vivo. Sin embargo, la suerte no acompañó en las promociones, y el ansiado ascenso se escapó en ambas ocasiones.

Finalmente, en la temporada 2019-20, el «Charles» volvió a hacer historia. En medio de la pandemia de COVID-19, la competición fue suspendida y el equipo fue declarado campeón de su grupo. La promoción de ascenso fue distinta a cualquier otra, pero el equipo supo aprovechar la oportunidad y, con esfuerzo y determinación, logró el ansiado ascenso a Segunda División B. Fue un momento de enorme alegría para todos los laredanos, que celebraron el retorno del equipo a la categoría de bronce del fútbol español después de años de lucha y sacrificio.

Esta es nuestra historia, la historia de un club que nunca deja de soñar, que siempre da lo mejor de sí mismo en cada partido y que lleva en el corazón los colores de una tierra que vibra con cada gol.

¡AUPA CHARLES! ¡GURU LAREDO!